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Abraham Lincoln es uno de los presidentes míticos de EE.UU. De hecho responde a la tipología americana del “hombre que se ha hecho a sí mismo” (self made man) y fue una persona tan distinta al “perfil medio” de los ciudadanos de su época que, recientemente la prensa médica norteamericana ha empezado a postular que aquel famoso presidente pudo haber sufrido un síndrome de origen genético conocido bajo el nombre de “MEN 2B” (Multiple Endocrine Neoplasia 2B o Neoplasia Endocrina Múltiple 2B). Una condición que podría ser responsable de su alta estatura y quizás también de sus enfermedades y comportamientos extraordinarios.
Lincoln nació en Kentucky en una modesta familia de granjeros, y todo el mundo lo llamaba “Abe“. Era un hombre aventurero que fue leñador y combatió contra los indios (al cumplir los dieciséis años ya condujo una balsa de troncos hasta Nueva Orleans para comerciar río abajo) pero hizo grandes esfuerzos para adquirir una educación solvente y terminó estudiando Derecho; pero si tenía una cualidad predominante, era la de que era una persona que tenía “un pico de oro“, o sea alguien que con su verborrea sabe “engatusar a todo el mundo“.
Su figura se ha exagerado hasta tales extremos que hasta en Hollywood decidieron llevarla al limite con aquella adaptación cinematográfica en el año 2012 del libro homónimo de Seth Graham-Smith,titulada “Abraham Lincoln, cazador de vampiros” (Abraham Lincoln: Vampire Hunter). Un film dirigido por Timur Bekmambetov, que comenzaba con un desafortunado encuentro entre Lincoln y un sádico vampiro durante su infancia y cuyo recuerdo impregnaba a nuestro héroe de un incontrolable deseo de venganza. Aquella película nos presentaba a Lincoln como un “cazador de vampiros“, y nos contaba la guerra civil estadounidense como un “enfrentamiento entre vampiros y humanos” cuyo único propósito era el de liberar a éstos últimos del “yugo vampírico” de los terratenientes de los estados del Sur americanos. Todo un juego histórico-cinematográfico a tono con esa última moda de los “blockbusters literarios zombis” al más puro estilo hollywoodense de medio pelo pero que en su contexto paranormal, “no desmitificaba la leyenda de Abraham Lincoln sino que incluso “la engrandecía”.
Lincoln tiene una imagen popular de "defensor de los derechos civiles negros” en los Estados Unidos, y hace poco, su actual presidente Barack Obama dio un discurso en el estadio Soccer City de Johannesburgo durante el funeral del expresidente y premio Nobel de la Paz Nelson Mandela, en el que comparaba a aquel difunto con él y lo destacaba como “el gran liberador de la esclavitud “
Pero nada más incierto . Hoy os voy a contar algunos de “los mitos de Abraham Lincoln” que he extraído de diversas fuentes que desmitifican al personaje.
PRIMERO.- No es verdad que Lincoln fuera “el campeón de los derechos civiles y el gran emancipador de los esclavos” y que gracias a él se pudiera poner fin a la esclavitud en América. Empecemos por desmontar este primer mito porque, en realidad, Lincoln, ni era partidario de la “igualdad racial“, ni era el “abolicionista radical” como nos lo quieren presentar. Algo así como un personaje dispuesto a imponer por la fuerza la emancipación de los esclavos del Sur de América.
Nada más incierto. Aunque Lincoln, tres años después de acceder a la Casa Blanca proclamó la emancipación de los esclavos con la adopción de las enmiendas 13ª y 14ª de la Constitución de los Estados Unidos, la realidad es que aquella decisión fue sólo “oportunismo político” ya que él nunca había creído en “la igualdad de las razas”. Jan Morris es un biógrafo que ha escrito mucho sobre este personaje y nos dice de él que: “Abraham Lincoln, decimosexto presidente de los Estados Unidos de América, fue un presidente de la miseria” añadiendo que en los 175 discursos pronunciado por aquel presidente entre 1854 y 1860 “siempre insistió en que sería anticonstitucional abolir la esclavitud”. En 1858 en su campaña para el Senado lo dejó meridianamente claro: “Ni soy ni he sido nunca partidario de la igualdad entre blancos y negros. Hay diferencias que impiden que vivan juntos en situación de igualdad social y política; pero si llegaran a vivir juntos será en una posición de superior a inferior y, como casi todo el mundo, estoy a favor de que la posición superior la asuma la raza blanca“. Y aún más. En 1862 siendo ya presidente, recibió en la Casa Blanca a un grupo de líderes negros y tuvo el cuajo de decirles estas palabras: “Incluso cuando dejéis de ser esclavos, estaréis lejos de ser iguales a los blancos.Es mejor para vosotros vivir separados“.
Cuando se inició la guerra de secesión americana lo que Lincoln quería era “ganarla a cualquier precio“, por eso proclamó la “emancipación de los esclavos“, ya que con esta medida se ganaba a la opinión pública americana y a otras naciones de Europa y Sudamérica. La realidad es que sólo abolió la esclavitud en los Estados Confederados “que aún no controlaba y no en los que le eran leales” (de hecho sólo 200.000 de los tres millones y medio de esclavos que había en el Sur fueron liberados durante la guerra) porque Lincoln nunca pensó que con su “emancipación” los negros tuvieran “los mismos derechos que los blancos” y en 1865, poco antes de finalizar aquella guerra dijo estas palabras: “Creo que sería mejor deportarlos a todos a algunas tierras fértiles con buen clima donde pudieran vivir sin mezclarse“.
Como puede verse, las palabras de Obama en el funeral de Nelson Mandela suenan ridículas comparando a aquel gran luchador por la libertad de la raza negra con el señor Lincoln que era “un redomado racista“.
SEGUNDO.- No es verdad que la sangrienta guerra civil americana iniciada por Lincoln tuviese como finalidad “la liberación de los esclavos del Sur de EE.UU.
En 1859 Lincoln era un “político quemado”. Había fracasado en todos sus intentos para ser elegido senador. Una serie de casualidades lo llevaría al éxito. Los desastrosos resultados académicos de su hijo Robert le obligaron a viajar hasta la academia de New Hampshire en que se hallaba estudiando. Previamente, Lincoln recibió el encargo de dictar una conferencia en Brooklyn, a cambio de doscientos dólares. El dinero podía venirle bien a su maltrecha economía, y además no interfería demasiado en su viaje. Aceptó el encargo y se comprometió a abordar temas políticos comprometidos en su charla, lo que generó expectación entre el público y los organizadores. Estos, viendo el interés despertado, cambiaron el auditorio a un gran local en Nueva York, permitiendo la asistencia de dos mil personas. La conferencia fue un rotundo éxito y Lincoln impresionó a la audiencia con “su labia”. Los periódicos a la mañana siguiente reseñaron el evento y Lincoln fue requerido por los dirigentes republicanos para que dictara más conferencias en su camino hacia New Hampshire, pronunciando once discursos más con el mismo éxito.
Volcado en la política, se presentó entonces como candidato en la Convención Nacional Republicana, celebrada en Chicago el 16 de mayo de 1860. Para lograr ser designado como candidato debía derrotar en las urnas a otro candidato mejor colocado, William Seward. La casualidad volvió a favorecerlo porque las papeletas para la elección tardaron en estar listas, tiempo que aprovechó el candidato y su equipo para ganar los apoyos necesarios. La importancia de ser candidato republicano era básica, pues prácticamente aseguraba la presidencia al hallarse los demócratas divididos en tres candidaturas por la cuestión de la esclavitud. Así, el 6 de noviembre de 1860 Lincoln salió elegido como el decimosexto presidente de los Estados Unidos de América.
Prácticamente obtuvo todos sus votos en los Estados del Norte de la Unión por lo que los Estados del Sur reaccionaron planteando “la secesión”. Lincoln, entonces lo tuvo claro y decidió usar “la fuerza de las armas” para impedirla iniciando una guerra civil. En definitiva, la Guerra de Secesiónen América no se hizo “para liberar esclavos“, sino “para obligar a los Estados del Sur a volver a la Unión“.
Porque “el problema de la esclavitud” no es lo que preocupaba a Lincoln sino la agudización de una tensión que ya existía desde los primeros momentos de la Revolución Norteamericana entre el los estados del Norte y del Sur. Los del Norte siguiendo las enseñanzas de Thomas Jefferson y James Madison, se agrupaban en el Partido Republicano y querían “un gobierno federal fuerte” que diera proteccionismo a sus industrias mientras que los estados del Sur agrícola representados por el Partido Demócrata, defendía los intereses de los exportadores de algodón. Al final- paradojas de la vida- ambos partidos (Republicano y Demócrata) invirtieron sus posiciones y hoy en día los Republicanos en vez de ser partidarios del fortalecimiento del poder federal se han vuelto defensores de “un gobierno reducido”, mientras que aquellos Demócratas que se batieron en la guerra civil americana por “los derechos de los Estados” hoy son firmes defensores de la “intervención pública” en múltiples ámbitos de la vida económica y social.
TERCERO.- No es verdad que Lincoln sea el autor del famoso “decálogo sobre la prosperidad de América“. La leyenda de Abraham Lincoln se engrandeció cuando en 1992 el entonces presidente de EE.UU Ronald Reagan habló de aquel “decálogo” y se lo adjudicó de forma errónea a Abraham Lincoln. Eran las famosas “Ten Cannot” (“Diez No Puede”, porque cada frase comienza “You cannot” = usted no puede) que eran:
1.- Usted no puede crear prosperidad desalentando la Iniciativa Propia.
2.- Usted no puede fortalecer al débil, debilitando al fuerte.


3.- Usted no puede ayudar a los pequeños, aplastando a los grandes.
4.- Usted no puede ayudar al pobre, destruyendo al rico.
5.- Usted no puede elevar al asalariado, presionando a quien paga el salario.
6.- Usted no puede resolver sus problemas mientras gaste más de lo que gana.
7.- Usted no puede promover la fraternidad de la humanidad, admitiendo e incitando el odio de clases.
8.- Usted no puede garantizar una adecuada seguridad con dinero prestado.
9.- Usted no puede formar el carácter y el valor del hombre quitándole su independencia (libertad) e iniciativa.

10.- Usted no puede ayudar a los hombres realizando por ellos permanentemente lo que ellos pueden y deben hacer por sí mismos.
Si analizamos ese decálogo vemos que en realidad lo que hace es una “defensa de la clase rica en detrimento de los asalariados” por lo que un hombre como Lincoln, partidario del “proteccionismo a los poderosos” podría perfectamente haber escrito estos puntos; pero nada más lejos de la realidad, ya que el citado decálogo pertenecía al reverendo William J.H. Boetcker (1873-1962), que lo publicó en 1916. El “despiste mental” del ex- actor presidente Reagan atribuyéndoselo a Lincoln se debió a que el Comité para el Gobierno Constitucional había publicado en 1942 un panfleto titulado “Lincoln on Limitations” (“Lincoln on private property” según otras fuentes), que de un lado reproducía conocidas palabras de Lincoln, y al dorso ponía el decálogo de Boetcker por lo que se generó aquel error, pero aún hay mucha gente que sigue pensando que Lincoln escribió aquello.
CUARTO.- No es verdad la imagen que nos presenta a Lincoln como “un superhombre americano” (ni por supuesto tampoco fue “caza vampiros“)
Lincoln tenía fama de “hombre duro” pero no siempre “la dureza” esta asociada a lo de “macho, machote“. Durante la guerra asumió unos poderes dictatoriales y le echó lo que coloquialmente decimos como “huevos al asunto”; suspendió la garantía del “habeas corpus” para detener sin control judicial a cualquier opositor político y aquella demostración de testosterona que asumió durante aquella guerra dio lugar a su fama “de machote” (por cierto que algunos generales del Norte- seguramente con su anuencia- se ensañaron contra la población civil de los Estados vencidos del Sur hasta 1877) pero en realidad Abraham Lincoln era un hombre mas bien “de gustos ambibalentes“, porque tuvo bastantes relaciones con mujeres en su juventud , y de hecho él mismo le confesó a su amigo el abogado William Herndon que había contraído la sífilis a los veintiséis años con una prostituta. Estuvo durante muchos años tratándose con unas “pildoritas azules” (como aun no se había inventado la “Viagra” lo mas probable es que las mismas fueran algún compuesto de mercurio que entonces se usaba para tratar esa enfermedad), pero las últimas investigaciones también sugieren que Lincoln “tenía una vena gay“.


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Cuando era joven Lincoln ya “estaba cuadrado” y su primo Billy Green de dieciocho años admiraba su musculatura. Decía de él que “sus muslos eran perfectos“. No sabemos si su primo fue “compañero de su cama”, pero lo que si sabemos- porque nos lo dice el biógrafo Carl Sandburg– es que tuvo una relación con un tal Joshua Speed . Sandburg la describe diciendo que la misma tenía “una vena de lavanda y la debilidad de las violetas de mayo” lo que en el argot homosexual significa exactamente lo que parece.
El biógrafo C.A.Tripp también confirma las “tendencias homosexuales de Lincoln” añadiendo que las continuas depresiones del presidente se debían seguramente a su pulsión por “salir del armario”. Se sabe también que con su joven y atlético amigo Joshua Speed compartió cama durante cuatro años y que cuando él marchó para contraer matrimonio Lincoln quedó tan destrozado que cayó en una depresión muy profunda que hizo que sus amigos le tuvieran que retirar todos los objetos cortantes de su habitación. Luego continuó mandando cartas a su amigo Speed durante mucho tiempo que siempre terminaban con un: “Siempre Tuyo“.
Después, siendo ya presidente, se encaprichó de otro hombre llamado Elmer Ellsworth, que era un gallardo militar al que mataron prematuramente Lincoln decidió consolarse durmiendo con uno de sus guardaespaldas, llamado David Derickson en un refugio presidencial situado a las afueras de Washington. En fin, que a Lincoln “le iba la marcha” aunque se casó en 1842 con Mary Todd y con ella tuvo cuatro hijos, de los que solamente quedó uno vivo.
Abraham Lincoln, fue asesinado antes de terminar la guerra civil americana , el Viernes Santo de 1865 en el teatro Ford de Washington. Fue abatido por una bala de un hombre llamado John Wilkes Booth, que era un actor que creía que con eso “ayudaba a los Estados del Sur” y aquel lo mató pronunciando la frase: “Sic semper tyrannis” (Así siempre a los tiranos) que es ahora el lema del estado de Virginia,

No sabemos lo que habría hecho o dejado de hacer este hombre si hubiera sobrevivido a aquel atentado. La realidad es que a Lincoln podría aplicársele aquella frase que citó Cicerón en sus “Filípicas” que decía: “Cuiusvis hominis est errare, nullius nisi insipientis in errore perseverare” (“Cualquiera puede errar, pero sólo el necio persevera en su falta”), porque aunque hizo cosas buenas por América, el presentarlo como un “icono de la igualdad” es un absoluto bulo.
Hay que desmitificar a Abraham Lincoln porque no fue en absoluto el hombre que los americanos nos quieren hacer ver, Por eso el obelisco que está colocado en el “Reflecting Pool” frente al pórtico del “Lincoln Memorial” de Washington algunas tardes de verano lo apunta con su reflejo como un dedo acusador señalando la estatua donde él está sentado.
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Fuentes:
Thomas J. DiLorenzo.”El verdadero Lincoln. Una nueva visión de Abraham Lincoln, su programa y una guerra innecesaria”. Unión Editorial. 2008
Carl Sandburg. “The Prairie Years and The War Years”. Mariner Books. Boston. 2002
C.A. Tripp. “The Intimate World of Abraham Lincoln”. Simon & Schuster. Nueva York. 2005
Jan Morris. “Lincoln: A Foreigner’s Quest”.Da Capo Press Inc. 2001
Gonzalo Ungidos. “Chiripas de la Historia”.Esfera de los Libros. 2013