Los descubrimientos arqueológicos, más importantes, de los últimos 70 años son El Códice Tchacos, los escritos de Nag Hammadi y los manuscritos del Mar Muerto, y, curiosamente, sus textos no coinciden con los evangelios oficiales (o canónicos).
En ellos se habla de un conocimiento secreto que Jesús reveló solo a unos pocos, solo a aquellos que estaban preparados para oírlo. La mayoría de los discípulos no comprendieron a Jesús, y siguieron adorando a su falsa deidad.
Los gnósticos cristianos creían que Jesús vino con la misión de decirnos cómo salir de la cárcel en la que estamos atrapados.
Somos espíritus atrapados en la materia.
Los gnósticos cristianos, los esenios y los más allegados a Jesús fueron perseguidos y asesinados, para que no contaran el conocimiento secreto revelado por el maestro Jesús.
El emperador Constantino, en el s. IV, viendo que su poder mermaba, decidió crear una nueva religión, el cristianismo, de la que se declaró, primer papa. El papa Constantino persiguió a los seguidores de Jesús, por eso tuvieron que huir, su madre y María Magdalena, hacia el sur de Francia, creando la comunidad cátara.
Los esenios, entre los que se encontraba uno de los hermanos de Jesús, fueron masacrados.
Los primeros cristianos que seguían las enseñanzas del maestro fueron perseguidos y dispersados.
Por esta razón los manuscritos se encuentran escondidos en vasijas de barro, porque sus dueños temían por su vida si los descubrían.
